Barcelona, 01-10-2008

En la citada fecha, D. Luis y D. Rosa, pareja de hecho, rompieron su relación poco después de comprar una vivienda en copropiedad, cuya adquisición fue financiada en virtud de préstamo hipotecario.

Desde la separación de la pareja, ambos se fueron a vivir respectivamente al domicilio de sus padres, y continuaron abonando los gastos y cuotas hipotecarias de la vivienda, hasta que en enero de 2009, D. Luis dejó de abonar la mitad de las cuotas hipotecarias y gastos que le correspondían, de los cuales se hizo cargo Dña. Rosa, a fin de evitar cualquier embargo y/o corte de suministros.

A pesar de esta falta de pago, los enseres personales de D. Luis se encontraban todavía en la vivienda e incluso hacía servir ésta como centro de encuentro con amigos y como lugar para celebrar fiestas, todo a escondidas de Dña. Rosa, que debía luego abonar los daños ocasionados con motivo de la fiesta y veía cómo el mobiliario se deterioraba progresivamente como consecuencia de las citadas fiestas.

Ante esta situación, Dña. Rosa pactó con D. Luis que ella se haría cargo de las cuotas hipotecarias y gastos de la vivienda si bien él no podría entrar más en la misma, y en caso de venta o alquiler del piso los beneficios serían únicamente para Dña. Rosa.

Ante tal oferta y no teniendo D. Luis interés alguno en abonar las cuotas hipotecarias, aceptó la propuesta y Dña. Rosa, al objeto de formalizar susodicho acuerdo, encargó a su abogado la confección de un escrito donde se plasmaran estos pactos.

El cliente es Dña. Rosa, y su objetivo era firmar un acuerdo donde ambas partes  regularan sus derechos y obligaciones sobre la disposición de la vivienda y deudas en relación con la misma.

La estrategia del abogado consiste en confeccionar un convenio regulador de extinción de pareja de hecho que tenga una doble vertiente: por una parte, debe plasmar los acuerdos a los que han llegado D. Luis y Dña. Rosa, y por otra, en tanto D. Luis debía ya una cantidad considerable a Dña. Rosa, que había abonado la mitad de lo que debía haberse hecho cargo D. Luis, incluir un reconocimiento de deuda por parte de este último, aunque fuera en documento privado, por si en un futuro se procediera a reclamarle las cantidades abonadas hasta la fecha por Dña. Rosa en exclusiva.